domingo, 10 de julio de 2016

Allí



Yo no quería estar aquí,
en esta orilla del mundo,
en la militancia de la piel a quemarropa,
conmovida por los buitres de la nostalgia
que están deformando mi paisaje.
Yo quería quedarme allí, del otro lado,
ciega, a salvo,
cabalgando sobre nada que no fueran
tus días y tus ganas,
esperando sin querer esperarte -risueños los ojos,
la paz alfiler, tu boca una utopía-.
No me deshago, soy ceniza.
No tirito, solo se me balancea el aire sobre la piel
y revuelve mis miedos.
No lloro, son los recuerdos, que regresan
a tu casa y a tu calle,
y van muriéndose de pena.

miércoles, 22 de junio de 2016

Vuelve a ser enero



He visto tu nombre
hirsuto
vástago de un invierno
que parece que nunca existió
porque no había de llegar.
Como una flor naciendo dentro
de una huella de elefante,
es así como me siento yo: emergente,
compungida, dolorosa. Triste.
Ibas deshaciéndote gota a gota sobre mí,
sobre mi piel permeable. Tanto te derramabas,
tanto,
que fuiste cascada
y pusiste en cuarentena todo mi equipaje.

He visto tu nombre,
que es niebla desarrollada amenazando
todo lo que pienso.
No sé huir mejor del recuerdo,
que es un látigo – antes fue bala-.
Una vez suspiraste mientras me mirabas, yo lo vi.
Estoy cerrando los ojos ahora.
Vuelve a ser enero.

jueves, 5 de mayo de 2016

Nada explica nada

El sábado los leteros (así es como los integrantes de la compañía de Laboratorio de Experimentación Teatral se autodenominan) salieron al escenario partiendo de la premisa de que tenían que pasárselo bien. Además el Teatro Sagarra les acogía con la platea casi llena. Sigue siendo emocionante observar la mayoría de las butacas ocupadas para ver a una compañía local no profesional y encontrarte a amigos y conocidos disfrutando igual que tú de la cultura en tu ciudad.

Los componentes del LET han encontrado el lugar en el que se sienten cómodos y eso lo percibe el público. Ese lugar es la experimentación, en todos los sentidos,  en la búsqueda y el encuentro a través del experimento, en la descontextualización de los textos, en la creación a través de la experiencia. Recuperaron Nada explica nada, una obra que ya habían interpretado  tiempo atrás y a la que sumaron lo adquirido en estos últimos años de trayectoria, dejando claro lo mucho que han aprendido y lo bien que saben aplicar sus conocimientos. En ella, un grupo de personas llegan invitadas a una casa para disfrutar de una velada juntos pero, inexplicablemente, ninguna de ellas es capaz de salir de las cuatro paredes del salón en el que acontece toda la obra. Construida a partir de la lectura del texto de Buñuel El ángel exterminador, esta obra aborda los temas típicos de la vida cotidiana: las convenciones sociales, el egoísmo, la presión propia y externa, la culpa, la cobardía. La evolución de los personajes, que llegan contentos y eufóricos a la casa, es clara, y en todos ellos se hace evidente la demacración con la que acaban, abrazados, en su mayoría, por una locura que nos hace reflexionar sobre el curioso desarrollo de la mente humana, cuán duro e incomprensible es su funcionamiento y qué básicos e indefensos nos volvemos todos en situaciones límite.

En el LET son expertos en representar muy bien ese punto sórdido y sombrío de la degradación y de la absurdez humana, nuestro empeño en complicarnos la vida cuando allí fuera es posible que todo resulte mucho más sencillo. En este caso ese punto enigmático está encarnado por el personaje del mayordomo que actúa de observador objetivo, de manipulador de las escenas y de los personajes con los que juega como un titiritero. A medida que van pasando los días y la comida y el agua escasean, cada uno de ellos ofrece la peor imagen de sí mismo y empiezan a aflorar las tensiones en la casa.

Los chicos del LET, cuya cohesión y sincronía es evidente en el escenario, tocan todos los palos: combinan el teatro, la música y la poesía para hacer sus creaciones. Es destacable el trabajo corporal que hacen los actores, a nivel de movimiento y a nivel de espacio, dan importancia a las coreografías grupales y a la puesta en escena. En todo ello es notable la influencia de su directora, Ana Pérez, profesional de la danza y amante de la sutileza y de la belleza de los pequeños detalles. En Nada explica Nada han potenciado los efectos lumínicos con planos de luz diferentes y han jugado también con los efectos sonoros en una inteligente combinación de música en directo y de potentes pistas grabadas bien usadas para describir y reforzar las escenas que acompañan. Entre todos dan sentido a las acciones y son capaces de enterrar bajo una locura compartida una idea tan simple como la oposición a nosotros mismos.

Es cierto que el texto está sujeto a múltiples interpretaciones y cada cuál puede buscar respuesta a los enigmas de la obra como prefiera. A mí me apeteció reflexionar sobre cómo nos obstinamos a menudo en lo desconocido pensando que no lo es, cómo abrazamos la incertidumbre creyendo que la conocemos, cómo nos abocamos al lado oscuro del miedo. En este Nada explica nada puede que la respuesta fuera muy fácil: nadie podía salir porque nadie lo había intentado. Los que sí que han sabido salirse de esta y con sobresaliente han sido los leteros. En su caso ‘todo explica todo’: todo esfuerzo tiene su recompensa.

lunes, 21 de marzo de 2016

Consell




Disposa de dues copes de vi mig buides
i d’un tresor virulent amagat en el doble sentit
de les nostres mirades enmig de qualsevol conversa.
Retalla dues nits, dues només, d’algún passat
proper i enllesteix la partida.
Vaticina una explosió rendible
allà on tu vetlles per l’equilibri confessable
i expropia de la nostra ciutat –i d’aquesta taula-
qualsevol rastre de confusió.
Buida’t d’equivocacions i torna
amarat de desitjos que mai no es compliran
però que t’ompliran de sentit els dies.

miércoles, 2 de marzo de 2016

Canciones de invierno

El sábado por la noche hacía frío y llovía en Premià de Dalt. Era completamente invierno. El recién nacido festival ESCENarts acogía en la sala de teatre San Jaume una velada poético-musical protagonizada por Viggo Mortensen y el pianista Rafel Plana. Canciones de invierno es un espectáculo construido a partir de los textos del libro que lleva el mismo nombre y del cual es autor y editor el actor estadounidense.

Emma Escolano, regidora de cultura de Premià de Dalt i amiga de la familia, se había enamorado de este espectáculo en Barcelona y lo había soñado en el San Jaume. Y ahora lo había cumplido. Fue ella quien dijo que no debía perdérmelo y, después de lo que vimos, ambas sabemos que tenía razón.

En el piano de Rafel Plana también llovía, igual que afuera, y se iba desgranando la estación invernal en los acordes de las primeras piezas que sonaban. Viggo Mortensen, con un manojo de papeles arrugados en la mano, que parecían desordenados pero no lo estaban (como tantas cosas que sucedieron esa noche que parecían lo que no eran), apareció con ademán seguro y comenzó a recitar algunos de sus textos. Y así transcurrió el espectáculo, una conversación acertada de textos y piano, de canciones y diálogos. Decía que nada parecía lo que era porque solo Viggo Mortensen, o un actor de sus características, podría llevar a cabo un espectáculo así, donde todo parecía suceder de la nada, donde nada parecía ensayado, donde todo era nuevo incluso para los propios artistas, que parecían no darse cuenta de esa espontaneidad ajustada que ofrecían, de ese despiste adecuado al que jugaban. Así era como Viggo se enfrentaba a sus propios textos y a los de otros autores, como si en realidad aquello fuera una reflexión personal que ocurría en el salón de su casa.

Viggo siguió desnudando los textos y despojando a la poesía de toda su grandilocuencia hasta dejarla frente a frente con el público y con su propia voz para dotarla así, sin apenas esfuerzo, de su carisma y de todo el poder que emana de sí misma. Empezó a llenar un espacio común haciendo cosas comunes, con una voz común y unos textos comunes. Y solo él fue capaz de convertir todos esos lugares comunes en una de las noches más especiales que se habrán vivido jamás allí porque aquel rato fue, para todos nosotros, completamente invierno y completamente canción. 

domingo, 31 de enero de 2016

Si no hubiera sido por Luis



Desde entonces procuro defender
las noches en mi casa,
los barcos sin bandera,
los inviernos con sol
y las dudas que acaban resolviéndose
en la última página.

Luis García Montero



Hoy no has tenido un buen día
y antes de salir de casa y empezar a arrepentirte
de haber abierto los ojos
he visto cómo cogías a Luis y te lo llevabas contigo
para tenerlo cerca de la piel, o del corazón, o del ombligo
-los cobardes no conocemos otra forma de rescate distinta a esa:
un mar abierto de poesía al que saltar sin que duela la caída-.
Entonces te has preguntado si todas tus dudas
y todas tus contradicciones tendrían cabida en algún poema.

Te he visto salir de casa y pensar:
necesito volver a tropezar con aquellas palabras
y reafirmarme en lo que ya sabía:
que alguien, en algún lugar del mundo,
en algún momento de su vida,
sintió lo mismo que yo y hoy puede explicármelo;
que alguien curó sus alas rotas
con los deseos cumplidos de otros;
que alguien que no me conoce acaba de radiografiarme
y podrá dormir conmigo, no esta noche,
sino el resto de mi vida;
que alguien dispone de esta hondura
que a veces se llena de barro
y a veces rebosa de llama que luego es semilla
y luego es flor;
que alguien pasó antes por aquí
y suyas son las huellas de este camino que ahora piso;
que alguien que me ignora me nombra una vez tras otra
y dicta mi nombre y mi edad
en los espacios que dejan las palabras
en los renglones de sus poemas;
que alguien que vive tan lejos tarda menos en llegar
que aquellos a los que a menudo llamo amigos.

Al pasar por delante de un portal
y verte reflejada en el espejo de su puerta
no te has atrevido a mirarte a la cara,
te ha dado vergüenza pensar que algún día creíste saber hacer
poesía.
Has vuelto a mirar a Luis - lo llevas a cuestas para bañarte en sus
aguas y, durante unas horas, dejarte la sal en la piel-
y has cogido con él el metro, has llegado a la oficina
y, antes de entrar, lo has guardado en el bolso,
pero sabías que seguía ahí
destilando casualidades que no lo son,
epítetos que no lo son,
esperanzas que no lo son.





















lunes, 11 de enero de 2016

Encara no ho sé, Lola

Tot i que ja han finalitzat les funcions d’aquest espectacle, que ha estat aquest Nadal a la Plaça del Rei de Sant Cugat, Encara no ho sé, Lola de Los Galindos es mereixia un espai en el blog. Aquesta companyia ha creat, amb la construcció de la iurta (una carpa fet de pell i fusta a l’estil dels pastors mongols), un espai màgic on hi poden passar tot de coses insòlites. 

En aquest últim espectacle s’hi barrejen números d’acrobàcies, perxa xinesa, trapezi i hula-hoop entre d’altres especialitats circenses, un seguit de números lligats amb l’elegància que caracteritza a Los Galindos. Aquesta elegància es fa palesa no només en la forma dels seus espectacles sino també en els seus moviments, en les transicions entre els números, en la posada en escena. La música en directe provinent de diferents instruments (ara toquen el violí, ara el piano, ara l’acordió) revesteix i referma la perfecta execució de totes les disciplines que s’esdevenen en aquell espai tan petit on hi passen coses tan grans. Al bell mig de la iurta els artistes exhibeixen un control inmillorable de l’espai i una coordinació i un tempo executats amb molta cura. El circ de proximitat de Los Galindos barreja constantment la tendresa de la poesia amb la diversió dels números de pallassos en un espectacle per a tots els públics on petits i grans riuen i es queden bocabadats i passen, de manera pendular, del silenci de la sorpresa al xivarri de la riallada. 

Los Galindos que són, primer de tot, una gran familia, aconsegueixen, projecte rere projecte, redescobrir el circ i que els espectadors, en qualsevol cas, sempre en vulguem més.