martes, 20 de marzo de 2018

No todo está en tus manos


Me pasan por la sangre todas las historias
toda la vida derrumbada y seca
como un transeúnte en la noche
que busca una sombra que él mismo ya no da.
Bailan las vidas de un lado a otro
del corazón, bombeando despedidas,
nuevos siglos, bombeando a cucharadas
los soles, bombeando las vidas tristes
y las vidas templadas.
Trago saliva y con ella se van algunas
flores de los cementerios que no quiero
pisar y se van garganta abajo las dudas
y los presos.
Se me escapan de las manos sin que pueda
detenerlas la soledad y las coplas
los marineros
la valentía y el dolor.
Y llego yo a este febrero, pidiendo perdón
al tiempo al que no echo cuentas, con un trozo
de mi amor que es también mi amor a trozos:
-aquí lo tienes, esta es mi oferta,
quédatelo si vas a necesitarlo más que yo-
y todo lo que ha pasado y se ha escapado
y ha bailado y he tragado
emerge 
y es un centinela
y le da forma a esta luz que un día como hoy
se quedará esperando un amanecer
que ya no llegue.