miércoles, 5 de septiembre de 2018

Así, agosto



Un sufragio constante de desconocidos
aciertos y errores

Así, agosto

Militancias torpes en pieles de barro
edredones de fuego y cristal
que protegen cuerpos jóvenes y desnudos
y maltratados y cobardes
una montaña rusa de preguntas
con alguna respuesta incoherente que a veces
hace mal
la esperanza que redobla tambores
y el miedo que paraliza
todo el tiempo
con cada nuevo equipaje
catástrofes y premios encorsetados
y alguna sorpresa que me llevó
en volandas
como un trofeo entre las manos
y tus manos
y tu voz
y todo tu cuerpo
en la boca del metro
en unas fiestas de barrio
en una plaza
que ya me parece nueva y distinta
a la que siempre fue
la distancia, sin embargo
insalvable
otros miedos
los tuyos
acábate
pero no te acabes nunca
una posibilidad
la suerte
el tortazo
varias mujeres y algún hombre
que enseñan y son espejo de una misma
la realidad que es tan igual y tan distinta
cada día

Así, agosto
y todo lo que plumea un verano

De lo demás no merece la pena hablar
porque sería exponer las venas
sobre un lienzo en blanco del que emerge
una libertad que después
se rinde.

martes, 31 de julio de 2018

Despedida

 


Aquella muerte fue una familia
reunida en un cuarto alrededor de un cuerpo
y un corazón que deja de latir.
Fueron unos hijos y unos nietos y una esposa
que empezaban a curarse llorando
que es la forma en la que la tristeza se limpia
y se convierte en calma.

Sé que las despedidas no son más que eso
y son sobre todo eso:
el traspaso de un cuerpo altivo
y devastado
hacia la muerte.

Pero uno puede despedirse y no morir
y viceversa.
Y hay despedidas con nombre y apellidos
que huelen y saben
y tienen la piel de derrota.

Hay un perdón que empieza a crecerme en los labios
y me ensancha los pulmones
y yo voy otra vez contra la vida
sin preguntas y sin miedo
porque en las despedidas
al contrario que en la muerte
cabe la posibilidad de volver la vista atrás
en medio del camino.                                                       

jueves, 5 de julio de 2018

Poema con vistas

Voy a escribir un poema de amor
con vistas a tu cuerpo. Comenzaré 
por el casco viejo y sus calles adoquinadas
que cincelan tus muslos y tu vientre.

Ha pasado un continente entero entre estos
cuerpos
que a veces se llaman con un sonido inútil
de caracola muda.
En mis dedos hay un cosquilleo extraño
que los empuja a rozarte, a tocar tus 
cosas como prolongaciones inertes
de ti misma: la taza sucia, el viejo monedero,
el bolígrafo olvidado, tienen también tu olor
y tu cara.

Entre tus piernas hay ahora una primavera
pero antes hubo otras estaciones en las que nada
floreció.
A cada paso tuyo se abre un paisaje
nuevo, una despedida breve, se abre un presente
como el que quiere escaparse cada día por la ventana
que son los ojos desde los que te miro.
Asómate. Tienes todo el futuro ahí,
para ti sola,
delante de nuestros ojos,
a punto de despertarse.

martes, 20 de marzo de 2018

No todo está en tus manos


Me pasan por la sangre todas las historias
toda la vida derrumbada y seca
como un transeúnte en la noche
que busca una sombra que él mismo ya no da.
Bailan las vidas de un lado a otro
del corazón, bombeando despedidas,
nuevos siglos, bombeando a cucharadas
los soles, bombeando las vidas tristes
y las vidas templadas.
Trago saliva y con ella se van algunas
flores de los cementerios que no quiero
pisar y se van garganta abajo las dudas
y los presos.
Se me escapan de las manos sin que pueda
detenerlas la soledad y las coplas
los marineros
la valentía y el dolor.
Y llego yo a este febrero, pidiendo perdón
al tiempo al que no echo cuentas, con un trozo
de mi amor que es también mi amor a trozos:
-aquí lo tienes, esta es mi oferta,
quédatelo si vas a necesitarlo más que yo-
y todo lo que ha pasado y se ha escapado
y ha bailado y he tragado
emerge 
y es un centinela
y le da forma a esta luz que un día como hoy
se quedará esperando un amanecer
que ya no llegue.

lunes, 26 de febrero de 2018

Límites



Diría Rafael Guillén que
los cuerpos van por el mundo poniendo
límites al aire, favoreciendo el sudor
ajeno, acarreando más caminos
de los que serán capaces de pisar.

Las nubes llegan y llueve sobre Barcelona
y en Buenos Aires es verano
y hay jóvenes que mueren
y hay madres que mueren
y hay amigos que mueren.

En el patio hoy lucía el sol
y su luz topaba con tus hombros y con tu pelo
-siempre tu pelo-
y yo cerraba los ojos
y dejaban de importarme por un momento
las estaciones y la muerte
la soledad y la vida.