domingo, 3 de diciembre de 2017

Portugal

Reniegas de tu propia virtud
y estás cansada de vivir
y en medio de esa concurrencia
tiene sentido tu risa.
Y tu pelo, que de repente se alborota
y te hace parecer otra: alguien más amable,
más poderoso, menos terrenal.
Quiero regresar siendo otra yo también,
como tú en tus lunes o en tus domingos
que te vuelven de repente tan ajena a mis desastres.
Imagino que Portugal trazará caminos
nuevos en mis recuerdos nuevos
y echaré menos de menos
y pensaré de más.
Así que me dispongo a emprender la costosa tarea
de olvidarte,
te cambiaré por un fado o un viejo tranvía,
te quedarás atrapada en las fotografías
que tomarán mis ojos sobre tu ausencia
y allí vivirás, querida mía,
hasta que empuñar el coraje no pueda volver a llamarse
triunfo.

domingo, 12 de noviembre de 2017

Podría hablar de la República. O no.



No me gusta que te vayas ni que anochezcas,
me conformaría con disponer de todas tus mañanas
entre mis manos.
Ya sé quién eres, te reconozco en los dolores
y en los sueños comunes que se te escapan de la boca.
Yo podría cubrirte de mar tu miedo al vacío.
Ando dividiéndome en tus mitades contigo
y adivinándote, a la vez, entera y soberana,
poseedora de este milagro.
Me gustas viva y voraz como todos los mediodías,
desde el suelo hasta el techo de esta cárcel
y en los recodos de todo lo que, de tanto imaginar, ya conozco.
Me gustas desde que llegaste y porque te irás
y una vez más serás pasado, como cuando no existías.

jueves, 12 de octubre de 2017

Estado de exilio

La companyia La Tacones va presentar dissabte passat al Teatre Sagarra la peça Estado de Exilio, una obra de dansa i experimentació construida a través dels textos de la poetessa Cristina Peri Rossi, una uruguaia que es va exiliar a Barcelona als anys setanta .

Vuit dones fortes i delicades alhora interpreten la fugida i l’arribada des de l’essència del flamenc i defenen individualment i conjunta l’exili propi i també el comú, amb uns moments en solitari potents i un treball coral intens que es reflexa en la construicció de figures i moments grupals molt poètics.

La peça, de creació col·lectiva, està dirigida per l’Ana Pérez i és plena de llums i ombres amb les quals ha sabut jugat molt bé per construir aquest entramat d’esperança i de futur que s’inicia amb una imatge molt impactant. Aquests moments de llums i foscor tan visualment potents es van succeïnt al llarg de tota l’obra i és que, què és sino l’exili més que la recerca de la llum, en tot el seu ventall de possibilitats.

És constant la unió femenina sobre l'escenari, la fortalesa, el companyerisme, la solidaritat  i el suport en aquest intent de les vuit ballarines d’avançar conjuntament vers les insjustícies i les distàncies -físiques i socials- que provoca la partida ja que, com diria la mateixa autora, Partir / es siempre partirse en dos.

domingo, 8 de octubre de 2017

Todo empezó con un baile



Primera página en blanco de un verano cualquiera.
Más días de sol en un calendario en el que agosto
esta vez
quizá no exista.
No duele
porque ningún interrogante pende de las ramas
de los árboles.
Hay una elección y una renuncia
y un amor que no excluye.
Muchos recuerdos concentrados en una sola mirada
y de nuevo
la libertad
que hoy es un océano
y
es
también
una
soga.
Es como si estuviéramos solos en el mundo, dijiste.
Todo empezó con un baile.

viernes, 29 de septiembre de 2017

Sin consuelo

Tanta muerte ahí fuera.
Tanta nada.
Tanto polvo.
Tanta necedad.
Tanto frío.
Y, sin embargo,
tanta vida aquí dentro.
Qué injusto me parece ahora renacer.
Qué estupidez estar vivo.
Todo lo que conozco
-que es exactamente todo lo que puedo nombrar-
pierde el sentido que tenía
o, por el contrario,
lo gana de golpe.
No hay nada que importe ya
ni nada que deje de hacerlo,
y ambas acciones toman el relevo
de su propio sentido con la misma fuerza:
con la potencia de la rabia acumulada
del que se sabe el único
superviviente de un naufragio.
Qué injusto que sea el dolor el que nos una ahora,
       a penas el meñique de tu mano izquierda
                                                          con el de mi mano derecha.
Un abrazo en la distancia.
Tus ojos y mis ojos
sobre el mismo texto.
Una emoción de ida y,
de vuelta,
un agradecimiento sin consuelo.

martes, 12 de septiembre de 2017

Cuando deje de doler

Cuando deje de doler
y una canción no sea un páramo
desolado
o las bigas del desastre de un verano
confuso y abrasador
que se precipita al vacío
llevándose consigo una noche de abril;
cuando deje de doler
ya no será hoy
y se abrirá paso un sentimiento
sin ánimo de lucro
que abrazará de nuevo próximos desatinos.
Será
cuando deje de doler
que habré vuelto a construirme
tras el desastre que habrá dejado esta guerra
que se está librando en mi pecho.

lunes, 3 de julio de 2017

Oleaje

Al fin y al cabo, tú, esta sensación oscura
de sed continua insaciable,
y por delante de mí
una procesión de penas -que son mías
y son de otros-
a la que no llegan mis manos.
Tantas bocas distintas.
Tantos llantos distintos.
El mismo vacío.

No estoy ya en tu marea
y aún así me arrastra el oleaje.

lunes, 5 de junio de 2017

Desde los ojos de otro

 


Me he mirado desde los ojos de otro
que han visto cómo me asomaba a los tuyos
y saltaba
y me abocaba a tu risa y a tus dientes
y el mundo se movía
como si esas montañas de gigante adormecido
empezaran a desperezarse y se avecinara el
seísmo.

Y yo, ahí, enfrente de ti, gritando tan fuerte.
Y tú, ahí, enfrente de mí, oyendo el silencio.

Las calles se han desviado y tú has llegado
otra vez
al punto de partida y me has desmontado
y has atropellado con tus palabras aquello que ya no era
y has arrasado con
todo
 –decir todo es decir vida, principios, huidas-.
Debajo de la mesa se mezclan los residuos
de una historia que sigue amenazando.

El cariño es adictivo.
El dolor es propio.
El deseo a veces no se comparte.
Y solo en el mejor de los casos los regresos no son un fracaso.

lunes, 8 de mayo de 2017

No sé decir adiós






Soy una ventana
y me he quedado huérfana de horas
y, sin embargo, sigo cargada de
corrientes marinas.
Flavia ha dibujado que la vida puede bucearse,
como si alguien en su letargo pensara
que no hundirse, no mancharse y no
salpicar pudiera, remotamente,
asemejarse a vivir.
En el yunque del paso del tiempo
y en la forja de los años
y en la migraña de la rutina
las despedidas siempre han sido cicatrices
que no sanan.
Pero yo no sé decir adiós,
siempre acaban sus letras escapando
torpemente del abandono
en una huida hábil hacia la memoria eterna.
No sé decir adiós,
de la misma manera que no sé vivir en
ningún lugar que no sea el abrazo.
Yo no sé decir adiós,
como tampoco sé dibujar o construir o
                                                         levitar
o querer en una sola dirección.
Yo no sé decir adiós
ni utilizar la mano izquierda
ni esperarme ni callar
ni usar nada que no sea la poesía para amortiguar
los golpes
ni dejar de echarte de menos.
Yo no sé decir adiós.
Por eso
vuelve.

lunes, 20 de marzo de 2017

Hay

 


Hay una nostalgia espesa de tus cosas
y de ti
y una parsimonia tonta en la sonrisa.
Hay un recuerdo estruendoso y hábil
y ávido y suave y amedrentado.
Hay una forma inexacta de tu belleza
y de tus manos.
Hay una fragua con brasas lentas
y un olor a decepción y equívoco.
Hay una distancia corta pero suficientemente
turbadora
Y una fe ridícula y unas ganas que a veces
no son.
Qué había, no lo sé, quizás fuera
                                               calma.
Lo que hay ahora eres
asomándote por un presente que
desconozco.                      

martes, 7 de febrero de 2017

Luz de rendija




Si quieres, puedes mandar enajenar todas las primaveras.
Imagina la pena de una luz de rendija
que saca pecho un día de julio cualquiera.
La lluvia no es solo para los valientes
ni quedarse es solo de cobardes.
Yo también sentí esa soledad angosta de frío y silencio
en pleno agosto y en pleno abril
y vi morir un montón de deseos bajo mis pies.
Amanecí un día tras otro llamando a la noche por su
nombre
-amante, poeta, furcia, victoria-.
Me ahogué en bares y desamores
y por una extraña razón salí a flote de nuevo.
Perdí amigos. Y llené espacios, otros que no son
sus huecos ni sus vacíos.
He oído tantas veces a mi voz maniatada por las esquinas
que perdí la cuenta de las derrotas,
por eso sé que siempre podré sumar una más
y esperar una menos.
Pero desde esta noche de luz e insomnio
me siento poderosa y afortunada
y todo me parece mucho más sencillo:
tu amor me duele y me ahoga,
simplemente yo no te merezco
y tú no me sacias la sed.
Yo no sé a quién ves cuando me miras
pero solo soy yo.

miércoles, 18 de enero de 2017

Cuando no estás

Cuando no estás
– un mantra de tardes y mañanas desoladas-
pienso en qué podría hacer la vida
para salvarme
o qué podría hacer yo para salvarme
de la vida.

domingo, 1 de enero de 2017

Humanos




Hemos parido un sueño ancestral
en las bocas nuevas de personas nuevas
y hemos mordido la mano
de quien nos dio de comer.
Hemos alcanzado infinitos tan falsos
como líneas de horizonte
y se nos han podrido en las manos más nostalgias
que caricias.
Hemos tapiado con sombras y gritos a nuestros muertos
y los hemos llorado tan poco
que se nos han sublevado.
Hemos vaciado en cunetas y fosas comunes
algunos recuerdos y algunos poetas
y hemos olvidado que no hay olvido posible,
que el amor es la vida y nos perseguirá
donde quiera que vayamos.
Hemos construido una terraza con la virtud y el vino blanco
y nos hemos olvidado de aquel que nos regaló
su mejor consejo.
Hemos violado los colores de las pieles y las banderas
y nos hemos proclamado fervorosos seguidores de aquellos
que no nos calman ni la sed.
Hemos tachado algunos lugares del mapa
a sabiendas de que son nuestras raíces las que nos
gobiernan.
Hemos echado de menos y hemos sido tan cobardes
que no lo hemos reconocido.
También
nos ha salpicado los ojos la primera sonrisa
de un recién nacido, que es una luz universal.
Hemos habitado a nuestros abuelos por dentro.
Y hemos llorado al ver el mar.
Hemos regresado a ese lugar y hemos
renacido.
Entonces la vida debe consistir, a veces,
en acertar
y otras en reconocer nuestros errores
para seguir cometiéndolos.