domingo, 31 de enero de 2016

Si no hubiera sido por Luis



Desde entonces procuro defender
las noches en mi casa,
los barcos sin bandera,
los inviernos con sol
y las dudas que acaban resolviéndose
en la última página.

Luis García Montero



Hoy no has tenido un buen día
y antes de salir de casa y empezar a arrepentirte
de haber abierto los ojos
he visto cómo cogías a Luis y te lo llevabas contigo
para tenerlo cerca de la piel, o del corazón, o del ombligo
-los cobardes no conocemos otra forma de rescate distinta a esa:
un mar abierto de poesía al que saltar sin que duela la caída-.
Entonces te has preguntado si todas tus dudas
y todas tus contradicciones tendrían cabida en algún poema.

Te he visto salir de casa y pensar:
necesito volver a tropezar con aquellas palabras
y reafirmarme en lo que ya sabía:
que alguien, en algún lugar del mundo,
en algún momento de su vida,
sintió lo mismo que yo y hoy puede explicármelo;
que alguien curó sus alas rotas
con los deseos cumplidos de otros;
que alguien que no me conoce acaba de radiografiarme
y podrá dormir conmigo, no esta noche,
sino el resto de mi vida;
que alguien dispone de esta hondura
que a veces se llena de barro
y a veces rebosa de llama que luego es semilla
y luego es flor;
que alguien pasó antes por aquí
y suyas son las huellas de este camino que ahora piso;
que alguien que me ignora me nombra una vez tras otra
y dicta mi nombre y mi edad
en los espacios que dejan las palabras
en los renglones de sus poemas;
que alguien que vive tan lejos tarda menos en llegar
que aquellos a los que a menudo llamo amigos.

Al pasar por delante de un portal
y verte reflejada en el espejo de su puerta
no te has atrevido a mirarte a la cara,
te ha dado vergüenza pensar que algún día creíste saber hacer
poesía.
Has vuelto a mirar a Luis - lo llevas a cuestas para bañarte en sus
aguas y, durante unas horas, dejarte la sal en la piel-
y has cogido con él el metro, has llegado a la oficina
y, antes de entrar, lo has guardado en el bolso,
pero sabías que seguía ahí
destilando casualidades que no lo son,
epítetos que no lo son,
esperanzas que no lo son.





















lunes, 11 de enero de 2016

Encara no ho sé, Lola

Tot i que ja han finalitzat les funcions d’aquest espectacle, que ha estat aquest Nadal a la Plaça del Rei de Sant Cugat, Encara no ho sé, Lola de Los Galindos es mereixia un espai en el blog. Aquesta companyia ha creat, amb la construcció de la iurta (una carpa fet de pell i fusta a l’estil dels pastors mongols), un espai màgic on hi poden passar tot de coses insòlites. 

En aquest últim espectacle s’hi barrejen números d’acrobàcies, perxa xinesa, trapezi i hula-hoop entre d’altres especialitats circenses, un seguit de números lligats amb l’elegància que caracteritza a Los Galindos. Aquesta elegància es fa palesa no només en la forma dels seus espectacles sino també en els seus moviments, en les transicions entre els números, en la posada en escena. La música en directe provinent de diferents instruments (ara toquen el violí, ara el piano, ara l’acordió) revesteix i referma la perfecta execució de totes les disciplines que s’esdevenen en aquell espai tan petit on hi passen coses tan grans. Al bell mig de la iurta els artistes exhibeixen un control inmillorable de l’espai i una coordinació i un tempo executats amb molta cura. El circ de proximitat de Los Galindos barreja constantment la tendresa de la poesia amb la diversió dels números de pallassos en un espectacle per a tots els públics on petits i grans riuen i es queden bocabadats i passen, de manera pendular, del silenci de la sorpresa al xivarri de la riallada. 

Los Galindos que són, primer de tot, una gran familia, aconsegueixen, projecte rere projecte, redescobrir el circ i que els espectadors, en qualsevol cas, sempre en vulguem més.