Me voy de ti contigo. Contigo
en todas las heridas que aún siguen abiertas.
Contigo en las cáscaras de esta luz nívea
de primavera molida y espolvoreada
sobre las fauces de un equinoccio que ya ha pasado.
Me voy de ti y siento que toda mi alma y todo mi cuerpo
te pertenecen a ti y a tu nombre
y a una juventud que me abandona
al paso de una soledad tras otra.
Soledad que a veces no siento, que otras veces me mata,
pero que casi nunca existe.
Me voy de ti, que eres pueblo
y eres hombre y eres poesía
y eres amor y eres amigo
y eres todas las mujeres que puedo llegar a ser.
Me voy de ti con tu paz y con mi lucha,
con tu furia y mi templanza,
con mis huecos y tu cobijo.
Me voy de ti hoy, y me voy vacía,
con los sueños por alas,
con esa pena de garganta, más que de corazón.
Me voy de ti contigo
pero quisiera quedarme siempre
en la ganas de volver.