lunes, 14 de abril de 2014

Habitarme

De ninguna de las maneras
podría darse el caso
obtuso
de que alguien me habitara por dentro
como lo haces tú:
rellenando los surcos de un presente
moldeado por las dudas
invadiendo mis ilusiones
influyendo en mis planes de futuro
ocupando mi vida y todas sus aristas.
De ninguna manera, digo,
podría eso suceder,
tendría yo que volver a nacer
y llorar tres años seguidos entre sus brazos
para crecer después en una casa con jardín
entre potajes gallegos y coplas entonadas
y tendría que acostarme otra vez todas las noches
durante veintiocho años
dedicándole el último pensamiento del día.
Sencillamente,
nadie podría habitarme por dentro
como lo haces tú
porque entonces la cantidad de amor sería tan desmedida
que me resultaría imposible albergarla en el cuerpo.

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